SEIJAKU a pie de río:
Los japoneses hablan de Seijaku como la serenidad en medio de la actividad. No en el sentido de escapar del mundo a alguna cima de la montaña, cual ermitaño, como se muestra en algunas enseñanzas indias, sino de encontrar ese equilibrio, el verdadero significado, la plenitud, la paz contigo mismo en medio del ajetreo y el bullicio diario, en el aquí y en el ahora, la construcción de un centro silencioso e imperturbable.
El Río es un Magnífico Gym, para poder alcanzar dicho estado, aunque sea de una manera efímera…, cuando te quieres dar cuenta, te encuentras reflejado en medio de sus aguas, mirando como un poseso, para poseerte dándote. Porque a veces si tus fuentes, son “las fuentes incondicionales y libres de todo pensamiento”, consigues ser lo que miras.
Todo es un concierto sin sala en el río. Las notas musicales del agua acariciando y moldeando suavemente las piedras, la sonrisa del aire, entre los labios de las hojas del chopo.
Una pieza única, sin reconocer al autor que escribió esta maravillosa obra, escuchando ese lenguaje que no miente. EL ruido le ha arrancado la lengua a lo esencial.
Escuchamos la voz del silencio cuando se calla.
EL río nos vuelve a aportar lo que perdimos, y que teníamos al nacer de una manera innata.
Es una regresión al estado natural, porque todo lo que ha nacido ha estado también sumergido. Allí en medio del río puedes comprender lo que te comprende.
Autor: José Nieto
Otras colaboraciones el autor:
Komorebi, la luz que se filtra a través de las hojas de los árboles
Shinrin Yoku: «El baño del bosque»
Fabulosa lectura Ferrán!!! El río es una escuela de vida y hay siempre que dejarse llevar por sus aguas….
Podemos elevar a categoría de Universidad 😉