Anoche, como prácticamente todas las noches del último mes, he estado repasando conceptos del libro (regalo cuando no del eterno maestro Alberto Navarrete), donde el autor, José Luis García González, nos regala un trabajo excepcional interpretando Las Moscas del Manuscrito de Astorga. Es un texto que nos traslada a la práctica de la pesca con mosca desde siglo XVI hacia adelante. Refleja como las familias burguesas de la época pescaban en invierno para evitar los mosquitos, y el verano era temporada para las clases más bajas. Que sólo existían moscas ahogadas porque los materiales de la época no daban lugar a más alternativas (el anzuelo más pequeño correspondería a un #12 actual, las líneas de pesca se elaboraban con trenzado de crin de caballo) .Y a pesar de todas estas desventajas respecto a las posibilidades actuales, las moscas que conseguían (predecesoras de todas las contemporáneas) eran de una belleza y efectividad notables, porque el diseño estaba siempre subordinado a la función.
Hoy por la mañana temprano, me he preparado un café y me he puesto a montar algunas moscas con la idea de aplicar algunos fundamentos de estos grandes maestros de la historia. Me he dado cuenta en que la pesca con mosca nos hace disfrutar en el río, en casa, en nuestro rinconcito de montaje y en reuniones con amigos pescadores. Esto viene sucediendo hace siglos y espero de corazón que perdure por muchos años más.
Abrazo enorme remontadores!!!