Llega el frío y con ella la llamada a la reproducción de las truchas. La necesaria freza llega y con ella la posibilidad de seguir reclutando ejemplares para los ríos. Hay ríos salvajes que aportan todo lo necesario para que estos salmónidos puedan proceder, de la misma forma que hace cientos de años. Pero hay ríos que han sido secuestrados, descuartizados en diversos pedazos. Ríos troceados por barreras de cemento, muros infranqueables.
Cada año la misma historia. Truchas intentando acceder a las mejores zonas de freza. Los genes les indican que debe remontar el río, subir a buscar las mejores ubicaciones. También para encontrar otros ejemplares con los cuales intentar su particular danza del amor. Pero no, una vez más está ese dichoso muro de cemento parará el remonte. Y esto ocurre en miles de tramos de río de toda la geografía, afectando a miles de peces. Sí, sabemos que procederán del mismo modo dónde puedan. Quizás en tramos más bajos, aunque seguramente no serán los mejores, para algo su insistencia en subir.
Agradecer el tiempo invertido por Lluis Cabanes para documentar esta escena. El vídeo está realizado con un teléfono móvil. A pesar de la no excesiva calidad, podréis ver varios ejemplares dándose de bruces con el cemento; lo veréis y lo sentiréis, ya que para muchos es descorazonador ver estas imágenes.