Cerca de mi casa hay un grafiti de aquellos digamos con contenido “el mundo cambiará con tu ejemplo no con tus palabras”. Espero que después de la lectura de esta nota entendáis o veáis el gran significado de esta frase.
Una jornada de pesca, es ya de por sí, un enorme momento de satisfacción. Pero hay jornadas que se desarrollan en ambientes, en zonas muy especiales. La que os relato no es una jornada llena de peces, de grandes tallas y de lances imposibles resueltos con maestría. Tampoco es una entrada para hablar de montajes sublimes. Hoy toca puro sentimiento.
Hace unos años, en el río Ritort, afluente del río Ter, se construyo una central hidroeléctrica. Dicha central dejo seco varios kilómetros de río. Cuando digo seco, no es verborrea, es un hecho que por desgracia varios amigos sufrieron de un día por otro.
Imaginar por un momento. Acudís a vuestro tramo favorito y encontráis solo piedras, sin el rumor del río, sin vida en su lecho, sencillamente muerto. Yo esto lo he sufrido en otra dimensión en otro “río de mi vida”. No es fácil ponerse en la piel de los amigos que vieron de golpe agonizar ese trozo de vena. Pasaron de la desazón, del sentimiento de alma robada a la acción directa. Denunciaron los hechos ante las autoridades competentes, incluso solicitaron la presencia de un notario para avalar junto con los Agentes Rurales que el río “estaba seco”. Esa central estaba obligada a dejar agua, a tener conector ictiológico. Pero hacía caso omiso. No voy a exponer todo el proceso en el cual colaboré en parte. Solo os diré que llego el día feliz en el cual se nos dio la razón y se clausulo dicha captación. El primer caso en España, al menos que tengamos constancia, del cierre de una central por incumplir los caudales, llamados de forma facilona “ecológicos o ambientales”.
El primer año de recobrar el caudal, el río empezó a ver alguna atrevida trucha que empezaba a hacerle cosquillas en su lecho. También los invertebrados recuperaban sus zonas. Al segundo año, algunas de esas joyas decidieron asentar su prole pudiéndose contemplar de nuevo las frezas.
Y el tercer año el río ya era río. Caudal, invertebrados, peces… y todo gracias a un puñado de amigos que decidieron no conformarse en ver la agonía del río.
En la foto que podéis ver, ese tramo de río estaba seco, inerte, muerto. Ahora está vivo, cantarín, juguetón, lleno de vida. La primera vez que lo vi de nuevo “río” me generó una enorme satisfacción por el trabajo realizado por un grupo de amigos. Pero no son pocas las veces que al verlo me genera un enorme escalofrío. Tocar una de esas perlas, de esas amigas que han luchado lo indecible para estar ahí, de dónde nunca tuvieron que irse, genera muchas reacciones positivas.
Ahora nuestras amigas deben sufrir otros acosos. La avaricia, codicia, egoísmo por parte de algunos. La zona declarada sin muerte no es inmune a las malas artes de unos pocos.
“El mundo cambiará con tu ejemplo no con tus palabras” gran frase. Dedico esta entrada a todos esos (ellos ya saben quienes son) que dijeron NO a un nuevo secuestro de un río.
Por ultimo, os cuelgo el vídeo de AEMS Ríos con Vida en el cual se mira de sintetizar algunas de las actividades que se realizan.
se de que presa se trata Ferrán, y también por supuesto de que rio este verano pasado lo pesque con Ramón Terricabras, buenos recuerdos de unas truchas que aun que no son grandes de talla, son grandes…
espero que mas victorias como esta se repitan con frecuencia
Un hermoso río de hermosas truchas Alberto. Han habido más episodios bonitos, otros logros. Y esperamos y deseamos que la concienciación social siga ayudando para que vengan otros logros. Gracias por participar.