Sí, para los pescadores de trucha el invierno nos aletarga. Es tiempo de navegar por los recuerdos. Peces que tenemos grabados en la memoria, lances que salieron perfectos, amamos incluso aquellos que no lo fueron. Soñamos con hermosos parajes, ríos prístinos, peces salvajes. En nuestros sueños olemos la humedad de los ríos, sentimos el calor del sol en nuestra piel; nuestro cerebro pescador no para de mostrarnos imágenes cual espejismo. Soñamos y soñamos hasta llegar a la primavera en la cual podemos poner en marcha esos sueños.
Este vídeo de Carpe Diem habla de ello, de esa espera paciente y de la inconmensurable ilusión de la llegada de nuestro momento.