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Pesca sin muerte por convencimiento.

Desde muy pequeño ya soltaba las carpas que pescábamos con mi familia. También corrían esa suerte las tencas, barbos, madrillas, cachos… Aunque en honor a la verdad, a veces eran un complemento para los gatos del barrio, y en algunos casos pasaban por la sartén de casa, como los barbos de montaña. Las que si tenían ese destino seguro eran las truchas. Mis padres tenía claro que eran para comer. Recuerdo a mi madre que lo primero que hacía era mirar el cesto de mimbre para sondear cuántas y cómo iba a organizar con ello la comida o cena.

Ni me acuerdo cuál fue la primera trucha que solté. Pero sí tengo constancia que fue mi entrada a la pesca con mosca. Entonces la mayoría de pescadores enganchados a esta modalidad la practicaban. Lo consiguió escuchar razonamientos de esos amigos de afición al respecto de las bondades de la suelta de un pez. Muchos mensajes y explicaciones que hicieron que interiorizara esa forma de proceder.

Cada año crece más los seguidores de la pesca sin muerte, aunque quizás aumenta la pesca inconsciente, aquella que parece solo persiga el número de peces que sea en las circunstancias que sea. Pero lejos de desalentarme, vuelvo a recordar cómo llegué a la pesca sin muerte. Es por eso que lejos de gritar, presionar, creo que es mucho mejor divulgar modelos de pesca razonables. Hay que ilusionar, hacer disfrutar esas mentes y corazones para que abracen otra forma de proceder en los cuales la salud de los peces esté en la máxima prioridad.

Os animo a no criticar, a no apabullar a los que no piensan como vosotros, porqué ni todos tenemos la verdad ni los demás solo piensan en ellos. Hay que atraer nuevos pescadores a modalidades y formas de pesca lo menos agresivas posibles.

Pescar, manejarlo correctamente, soltarlo; disfrutar más de su marcha que de su pesca.

Un saludo, buena pesca y que este recién estrenado 2019 nos sigamos viendo por aquí y en los ríos.

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Ferran

Desde pequeño he estado vinculado al río. No puedo pasar por un curso de agua sin detenerme. Escuchar el rumor de sus aguas, ver y sentir la fauna. Son muchas las sensaciones de las cuales no puedo prescindir. Con este blog busco compartir estas dos facetas. Por un lado, mi compromiso por el bienestar de los ríos. Por otro, trasladaros informaciones útiles que puedan aportaros algo interesante para practicar la pesca sin muerte o sencillamente para acercaros a dar un paseo agradable. Ferran

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Gerard Artés

    Muy acertado. Felicidades. A seguir igual! Gràcies.

  2. Pablo

    Hola Ferrán,
    coincido contigo en todo lo que comentas en el artículo. Tal vez, incluso, habría que ir un poco más allá y pensar en limitar también artes (pienso en los perdigones), que son excesivamente agresivas (por lo efectivo) con los peces. Me refiero a que, aunque hagas captura y suelta, si cada vez capturas veinte o treinta peces, las probabilidades de daño se multiplican, Entiendo que puede ser un tema polémico, pero es como yo lo veo.
    Un saludo,
    Pablo

    1. Ferran

      Al respecto del perdigón tengo un artículo en borrador desde hace un año. No acabo de rematarlo, pero te avanzo que coincidimos.

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