Sí, dice el título, «pescando barbos y pescadores» no es un error, miro de explicarme.
Hay quien menosprecia a estos peces por vivir en aguas más calmas, o porqué pescar peces que hociquean el lecho del río no les mola. Los hay que incluso ponen en cuestión su olor y otras características. Todos estos que no hacen relucir las virtudes de estos peces suelen ser pescadores de otras especies, bueno, excepto los que ya pescan carpas, bass y otros peces.
El barbo te da una pelea al 100%. Tiene todo el cuerpo preparado, en forma. Esta listo para emprender carreras alocadas. Además, tiene un comportamiento fantástico. Es asustadizo, sabe que vivir es complejo. En la vida salvaje el miedo, el estrés te ayuda a estar en alerta. De hecho, el acecho al barbo es algo muy especial. Hay días en los cuales los puedes tener casi a tocar, claro está, si sabes moverte por el río. Y hay otros que o tiras lejos o no te dejan la menos oportunidad de pasar nada por su hocico.
No recuerdo ningún pescador que haya acompañado a pescar barbos que no vuelva para repetir. Es un pez que engancha. Por eso digo que pescas barbos y pescadores.
Este año voy a seguir organizando salidas en petit comité para explicar todo lo que sé de estos peces. Cómo acecharlos, qué tipo de artificial utilizar según sea su postura y, en definitiva, todo aquello que me está permitiendo ir tocando estas escamas doradas. Cuantos más los valoremos, más protegidos los tendremos.
Ya falta menos para tenerlo más activos, mientras, seguiré rellenando cajas con sus golosinas preferidas.
Un saludo y muy buena pesca…!!!
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