Nos apetecía una sesión de fly fishing para hacer volar la mente. Sesión en plan SPA-FLY FISHING unas horas de pesca aprovechando el mediodía. La temperatura primaveral hacía presagiar alguna eclosión que moviera los peces dentro de este extraño invierno. ¡¡Queríamos pescar a seca!!
Llegamos al río. Como unos chiquillos nos acercamos al agua en busca de alguna señal. Y ahí estaban. Sabía que las veríamos. Que delicia contemplar esos peces puestos en su comedero.
Nos cambiamos de ropa, sorteamos en voz alta y entre risitas quien realizaría el primer lance. La primera trucha que vimos era de esas de «talla más que razonable» el deseo de todo pescador. Perdí mi tanda en voz alta, me apetecía que Alberto lanzara y prendiera ese pez. Pero a pesar de realizar un bonito lance al aire, con una buena caída de la mosca y una deriva que tildaría de perfecta, ella siguió comiendo lo suyo, obviando esos pelos y plumas montados en un anzuelo… para algo tiene ese tamaño.
Nos desinflamos un poco al ver que esa trucha no entraría en la sacadera, no era su día, mejor dicho, no era nuestro día, no acertamos en su rececho. Alberto y yo nos separamos un poco, uno aguas arriba y el otro aguas abajo con la intención de inspeccionar el tramo en busca de otros peces. Pasaron los minutos, algún pez visitó la sacadera. Otros no. Sobretodo una gran trucha que no dio ninguna oportunidad a Alberto, dos saltos y se desembrazó de la artificial que la tenía sujeta. Una de esas truchas que hay que bautizar, como en su día lo fue la Turner o Wolfred. Volveremos a por él o ella amigo, ese pez ya está marcado ;-).
Antes de terminar nuestra sesión invité a Alberto a visitar a dos truchas que tenía localizadas. Ahí estaban, comiendo con ese ritmo cadente y ese sonido gutural glup, glup,glup Decidimos tirar un rato cada uno. Y fue un rato, ya que esos peces tampoco estaban muy de acuerdo en la imitación que les lanzábamos. De hecho podría aseverar que su glup,glup se torno en un ji ji ji ji ji… en fin, había que perseverar. Tuvimos fortuna. Al final una de ella decidió absorber mi mosca. Parecía más pequeña, pero en uno de los movimientos y ante la tensión del hilo vi que su tamaño ya era decente. Esta vez era yo el que empecé a realizar sonidos guturales, más bien resoplos. Pero al final entró a la sacadera. Un buen pez, sí, pero si ese era así y el otro lo veía más grande…
El otro u otra no salió, no salió a pesar de comer insistentemente. Otro pez genial, de esos que te lo ponen difícil. No pude acceder a su zona de caza para ver que comida le apetece a «Mister Alfred» sí, ya tengo otro pez bautizado. Pero volveré, volveré para lanzar mi seca en esos círculos mágicos.
Empieza la temporada con nuevos retos, no se puede empezar más ilusionado.
Un saludo y por supuesto, buena pesca!!!
Esto «huele» ya a Zen Fishing, ya tenemos aquí la nueva temporada, al caer!!!…
La verdad es que si Pablo 😉
Preciosas truchas Ferran, enhorabuena!
Gracias Antonio!!
Ferrán, gran día de pesca y otros menesteres, ese gran pez tocara salabre… que no lo dude. jiji
Y yo espero verlo 😉
Que gran toma de contacto Ferrán, espero que nuestro primer día de temporada sea al menos la mitad de bueno, enhorabuena!
Seguro que si Mario, rezaremos a Santa Trutta para ello