Hace unos días guié a Rafael por las aguas del río Llobregat. Lo quería llevar a la típica «poza de los tontos» aquellas pozas que existen en multitud de ríos, diría que todos, en las cuales los peces te ven venir, y lo digo en el sentido más amplio de la expresión. Truchas ¿resabiadas? ¿educadas?…
Rafa es un tío que me tiene loco, loco en el buen sentido de la palabra. Tan solo hace dos años que empezó a preguntarme sobre esto de la «pesca a mosca». Ocurrió mientras paseábamos a nuestros respectivos perros por el parque, de hecho, podríamos decir que éstos fueron los causantes de que nos conociéramos.
Al poco tiempo, le propuse que realizará el curso de iniciación al lanzado que vamos organizando desde hace años en AEMS rius amb vida. Se apuntó y vino. Asimiló rápidamente los conceptos de lanzado, y ya no os digo de montaje, realizando de forma precoz sus primeros atados. Su evolución es constante. Sus primeras truchas a mosca fueron en el coto de Bagà.
Los que estamos más avezados en esto de la pesca con mosca, sabemos que cada lugar, zona, exige más o menos esfuerzo y algo más a la hora de «tocar escama». En esta ocasión le planteé una jornada de pesca en la cual se enfrentaría a truchas de un comportamiento que podría rozar lo «hostil» o «desesperante». Pero si uno quiere ir progresando debe ir enfrentándose a peces de todos los humores posibles, o no? 😉
El tramo en cuestión fue en el río Llobregat. Un río maltratado (como muchos) muy secuestrado por infinidad de usos, sobretodo, hidroeléctricos. La verdad es que la pesca en este río no es ni mucho menos lo que fue antaño. Lo pesco desde la época del ICONA, ya os digo que tengo una edad. He visto un río con mucha trucha, pasando por años más escasos. He visto recuperaciones explosivas, vamos, de todo. En estos momentos y, en linea general, lo calificaría como un río de escasa población, y menos de peces salvajes. Los motivos son varios, aunque no será este post donde aborde la cuestión.
Como comentaba, la intención era llevar al bueno de Rafa a un rincón en el cual las truchas estuvieran muy tocadas. Zonas en las cuales las truchas no se prestan a ser pescadas sin más. Sacas la primera a la que llegas, una segunda, pero luego la cosa se complica, vamos, la línea de tocar a no tocar es muy fina. Se te puede apoderar la desesperación si encima ves todo el rato pulular los peces frente de ti, y eso es justo lo que sucedió.
Evidentemente, ante peces tan tocados, pero que encima te dejan acercar (tampoco tienen mucho escondite) debes actuar de forma tranquila y sosegada. Poco falso lance, caídas suaves del terminal, éstos finos, el tippet siempre por encima del pez etcétera. Luego toca la mosca, poner esa mosca que crees que vas a levantar a todos los peces de la zona… Y aquí empieza el ja,ja,ja y un poco más de ja,ja…ja. Solo en dos ocasiones pudimos sacar trucha con la misma mosca. Lo general era, una mosca, una trucha. Así que, a pesar de los esfuerzos y no poco tiempo intentado pescar peces con moscas a priori «pescadoras» tuvimos que pasar al divertimiento de ir buscando surtido de moscas. Nuestras cajas veían salir una tras otra. Este forma de actuar que podríamos calificar de poco profesional fue la que mejor resultado nos daba. De este modo pudimos ir sacando peces de forma más o menos continuada.
A pesar de las dificultades que nos pusieron salieron un buen número de peces, la mayoría a seca, incluida una trucha que Rafa estuvo azuzando un par de horas. Eso sí, después de tanto esfuerzos (creo más de dos horas tras ella) tuvimos la mala fortuna que al hacerle la foto (era un buen pez) se le resbaló de la mano, todo el gozo en un pozo, nunca mejor dicho.
Resumiendo, una entretenida sesión de pesca por el alto Llobregat. Una jornada llena de anécdotas, de muchos peces, y sobretodo de una buena dosis de buen rollo.
Un saludo y, por supuesto, muy buena pesca…!!!
Que bonitas truchas y que satisfacción da sacarlas en esas circunstancias, enhorabuena! Nosostros últimamente parece que todas las pozas son la de los tontos por aquí jejej, nos cuesta horrores levantar truchas a seca, incluso pasándolas toda la caja por encima, y en sitios no necesariamente muy presionados, pero bueno habrá que insistir 😉
Un saludo!
Exacto, hay que insistir. Yo suelo empezar con moscas que en teoría hay por la zona, luego paso a modo atractoras… y luego a las famosas «micro-mierdecillas». Te aseguro que pasé por todo 😉